Grimes es el nombre artístico de la canadiense Claire Elise Boucher, nacida en Vancouver
en 1988 y creadora de un universo único en el que se mezclan el pop comercial, los mangas
japoneses, el terror gótico, la música coreana, los videojuegos, el feminismo, la electrónica
de baile y la historia medieval. Un batiburrillo que es un poco como la esquizofrenia de
nuestra época: demasiadas cosas sucediendo al mismo tiempo.
En 2006 se trasladó a Montreal y allí comenzó todo. Empezaría a tocar como Grimes, en un
círculo de amigos que formaban Arbutus Records, y el Synthese Lab sería testigo de aquel
fenómeno en plena gestación. Pareciese que aquella fábrica recién transformada en centro
cultural se hubiese reformado exclusivamente para la ocasión. Tiempo después llegaría su
largo debut: ‘Geidi Primes’ (Arbutus, 2010), con el que consolidó de forma oficial aquel
inconfundible sonido experimental. Pistoletazo de salida al éxito.
Grimes conectó con el corazón de la generación 'millennial' con su tercer disco,
'Visions' (2012), que hizo en su habitación con la aplicación GarageBand. En 2015
lanzó 'Art Angels', un vendaval de pop desprejuiciado e imaginación desbordante.
Allí aparecía Janelle Monáe, quien a su vez la invitó a participar en 'Pynk', la
canción de referencia de su disco 'Dirty computer' (2018).
Podría haber sido licenciada en Filosofía y Neurociencia, pero abandonó su carrera
universitaria y se sumergió en esa adicción que le hace perder la cabeza: M-ú-s-i-c-a.
Un elevado número de faltas de asistencia hicieron que Boucher fuese expulsada de la
Universidad McGill, así que ya sólo tenía un mundo en el que centrarse.
Objetivo cumplido.